De las personas, sus cosas y entorno
- Barbara Flores
- 30 abr 2014
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 28 ene
Balzac y Testino, a propósito de la exposición “In your face” en el MALBA
“ – ¿CREE USTED QUE SE PUEDE SER HOMBRE DE TALENTO SIN TODAS ESAS NIMIEDADES?
-SÍ, SEÑOR; PERO SERÁ USTED UN HOMBRE DE TALENTO MÁS O MENOS AMABLE, MEJOR O PEOR EDUCADO – RESPONDIÓ ELLA.
(DESCONOCIDOS HABLANDO EN UN SALÓN).”
BALZAC, TRATADO DE LA VIDA ELEGANTE
Todos estamos separados en una sala de exposición donde, curiosamente, nos une algo: nos maravillamos con lo que vemos. Sin embargo, no compartimos nuestros pensamientos con extraños a pesar de que conocemos a cada uno de los personajes de las fotografías. Son hermosos incluso con sus vellos, pecas y arrugas, tanto de su piel como del ropaje que usan. Hollywood tiene algo del rococó y de sus personajes de mejillas de porcelanas sonrojadas. Quizás, así como hemos cambiado de época, también puede que hayamos cambiado de realeza. Testino nos presenta la “frivolidad” de revistas como Vogue o Vanity Fair, y firmas como Gucci o Versace.

In Your Face tiene como propósito acercar al espectador al mundo y producción del fotógrafo peruano. Pero puede que esto se olvide porque los susurros de la gente y el trabajo de curaduría en la sala dan la sensación de un flash intermitente que no cesa. No obstante, es parte de la impresión al entrar, porque se pasa fácilmente a la parálisis que produce ver detalladamente obra por obra (foto por foto).
Es tanta la impresión que se genera al ver las imperfecciones en sus fotografías, en un medio donde el Photoshop es el mejor amigo, que, aunque se piensa a la celebridad como ícono de un momento cultural, aquí son aceptados por todos tal y como son. “Si la Iglesia excomulgó sucesivamente a los sacerdotes que se pusieron calzón y a los que los abandonaron por pantalones, si la peluca de los canónigos de Beauvas preocupó antaño al Parlamento de París durante medio siglo, es que estas cosas, fútiles en apariencia, representaban ideas o intereses”. Es así como nada debe sorprendernos, según Balzac, y deberíamos aceptar que hasta la justicia y la religión responden a la moda.

En cada fotografía se crea tensión a través de la composición de colores y elementos dispuestos en el encuadre. Nuestra mirada es obligada a recorrer el espacio deteniéndonos una y otra vez en los detalles. Entramos así en el mundo de Kirsten Dunst o de la moda en sus momentos más extremos de cotidianidad, pasando por encima a lo fácilmente aceptado por el marketing de moda.
El traje, en cuanto a la descripción total de cómo luce y actúa un individuo, “domina las opiniones, las determina, reina. Es acaso una desgracia, pero así va el mundo. Allí donde hay muchos necios, las tonterías se perpetúan”. Testino va en concordancia con la descripción obstinada de Balzac sobre el Dandy del siglo XVIII, pues nos presenta a una sociedad frívola, donde hay algunos que no hacen más que ser y otros que solamente cayeron allí por azar. De esta manera crea conexiones emocionales: cada uno de nosotros conoce a todas esas personas y sabemos sobre sus vidas sin siquiera prender la televisión. Acá solamente vemos un retrato de ellos, con sus expresiones más hermosas. Testino es, quizás, el Fragonard de la actualidad y, nosotros, el demandante pueblo que adora a los personajes de sus fotografías.
Referencias bibliográficas
De Balzac, Honoré; Baudelaire, Charles; Barbey d’Aurevilly, J.A. (2013) El gran libro del dandismo. Buenos Aires: Editorial Mardulce.
Originalmente publicado en Dilatar la Pupila.

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